Con frecuencia, los triggers aparecen donde menos los esperamos. A pensamiento descubierto, me topé hace unos días con una instantánea que hablaba por sí sola y a la que no pensaba dedicar más de unos minutos de energía cognitiva. Era una en POV en la que Ruby Justice Thelot enseñaba un disco de vinilo (aparentemente y/o al parecer) corporativo prensado por la misma compañía TikTok. Allí se puede leer claramente: 'TikTok Classic: Memes & Viral Hits'.

En la imagen central de esta pieza me represento yo mismo imaginándome con el vinilo en cuestión, despreciando el tracklist o las liner notes. El artefacto es el típico producto llamado a una vida pasajera pero que llama la atención en el momento en que lo contextualizamos: ¿Un formato analógico albergando memética y corrientes virales de TikTok? ¿Rebajado al 50% (como aparecía en la imagen original de Ruby)? El título, la oferta, la premisa entera parecen una broma, pero efectivamente aquello parece que es real (no me interesa si lo es o no, el simulacro que ha generado la imagen en mi, ya me vale. Aunque para evitar confusiones, aquí dejo un link al exterior de esta especulación: el vinilo es en realidad una colección de hits virales interpretados por una orquesta LOL).

En mi cabeza, que es lo que me importa, estamos ante un síntoma inequívoco de una época que no entiende muy bien lo que produce, ni por qué lo conserva. (Hay otros muchos ejemplos: cámaras digitales con filtro analógico incorporado; DVDs de vídeos virales de YouTube creados por alguna marca de bebidas energéticas, etc).

Dos apuntes paradójicos: TikTok se consolida como la fuente de descubrimiento musical a nivel global y el vinilo no está tan bien como creemos...

TikTok, sobre la que ya he desarrollado pensamiento especulativo antes, es, de forma indiscutible, el principal canal de descubrimiento musical entre jóvenes de 16 a 24 años. Globalmente. Supera con creces a plataformas de streaming, redes sociales y hasta YouTube (hogar de muchos millenials y público más adulto), según datos recientes de MIDiA Research.

El vinilo, por su parte, sigue ascendiendo año tras año en un progreso consolidado pero que está a años luz de sus años dorados; en 2024 se vendieron a nivel global un poco más de 43 millones de copias del formato, una cifra muy alejada de los más de 350 millones de vinilos que se vendían anualmente en la década de los 80.

Lo obvio lo sabemos o si no se sabe, se intuye: el modo en que se descubre música en la plataforma propiedad de ByteDance (en forma de loops, reciclaje, interpolación, challenges coreografiados y samples fuera de contexto) no tiene nada que ver con la lógica de escucha y consumo asociada al vinilo. De hecho, son algo así como opuestas; dos antagonistas. El máximo exponente en la escala contextual y un representante total de la destrucción de contexto en un vinilo que, como reza su título, contiene memes embalsamados.

Dime: ¿qué sentido tiene prensar tendencias meméticas en un objeto físico? (Aquí habría una intersección de debates muy interesante: muchos artistas contemporáneos basan su obra pictórica en memética o a la inversa, y lo online y offline son ya un compuesto de la misma cosa, un sustrato bidireccional).

Yo, despreciando las supuestas liner notes de este vinilo si realmente fuera real que ha caído en mis manos.

"Necroprensado"